
Otro jueves como los demás
demasiado martes, demasiado igual.
Ni te declaro la guerra, ni tú me firmas la paz.
Y el planeta baila su gangrena,
y otra vez volvieron a embarrar la fiesta,
los idiotas en celo, y las sopranos con tos.
Y hoy me quedo mudo para oír lo que nunca te supe decir.
No perfumes tanto la verdad, que hasta a los muertos, los cansa resucitar -
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